"El déficit gringo"

Por Guillermo Giacosa

El Asian Times on line se pregunta cuáles son las causas de la deuda nacional y del déficit en Estados Unidos. “Antes que nada –señala como razones–, los paquetes de rescate multibillonarios otorgados a Wall Street a fin de rescatar a los jugadores financieros, la constante escalada de los costes de la guerra y el militarismo, los inmensos regalos tributarios a los acaudalados y el vertiginoso aumento de los costes de la atención sanitaria, incrementados sistemáticamente por empresas que se benefician con ello”.

También se pregunta “¿Cuáles son los chivos expiatorios? Son los derechos de la red social (seguridad social, Medicare y Medicaid) y los gastos discrecionales no militares: salud, educación, vivienda, transporte, medio ambiente, ciencia y energía, etcétera”. Y afirma que les llama chivos expiatorios “porque no son las fuentes de la continua escalada de deuda y déficit”.

Señala la importancia del gasto militar –que se duplicó en la última década, llegando a 560,000 millones– y destaca que la cifra real de lo que se llevará el Pentágono en 2011 es el doble de la ya sideral que oficialmente se anuncia, pues en ella se excluye los costos de las guerras en Irak y Afganistán y otros que incluyen “presupuestos para los Guardacostas, el Departamento de Seguridad Interior, armas nucleares, programas de veteranos, parte de pagos a militares retirados, pagos de intereses sobre dinero prestado para financiar programas militares, etcétera. Es decir, los gastos militares y de seguridad, en general, ascenderían a 1.1 billones, lo que constituye un tercio del conjunto del presupuesto federal, que es de 3. 4 billones de dólares.

¿Existen enemigos de los Estados Unidos tan poderosos que justifiquen semejante inversión en Defensa? Si la animadversión que suscitan en algunos países musulmanes –y en no pocos ciudadanos del planeta– tuviera un equivalente militar o paramilitar, diría que sí. Pero no lo tiene y, en la mayoría de los casos, salvo los suicidas, nadie tiene con qué dañar militarmente al Tío Sam. No obstante, el solo decirlo constituye un atentando contra su seguridad nacional.

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