


¿Redistribución como salida?
Germán Alarco Tosoni
Las herramientas convencionales de la política monetaria y fiscal anticíclicas son acertadas pero insuficientes. Ya están al borde del agotamiento. La desaceleración en el crecimiento del 2011 se acompaña de importantes déficits fiscales. EE.UU. sólo creció 1.3% el último trimestre, a tasa anualizada, con un déficit del 9% con respecto al PBI. La Eurozona creció sólo 0.7% con un déficit del 4.2% del PBI. El problema se repite en todas partes; hasta China cerraría el año con un déficit público del 1.7% del PBI. Más déficit, equivale a más endeudamiento público. Es difícil conocer cuáles son sus límites, pero estos ahora no parecerían tan lejanos en la mayoría de los países. Por el lado monetario las tasas de interés de referencia y de corto plazo están entre 0 y 0.5%. En Europa en 1.5%; aún las de largo plazo son en términos reales cercanas al cero por ciento y hasta negativas.
En el capítulo 24 de las recomendaciones de la Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero se propuso la redistribución del ingreso como una medida para enfrentar la crisis. Keynes señaló la vía de los impuestos a los ingresos y a las herencias que redistribuyen recursos, elevando la propensión a consumir de la sociedad. Esto ocurre al transferir de quienes tienen una menor propensión a quienes tienen una más alta. De esta forma aumentaría el gasto privado, la demanda y el producto.
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