


¿Qué nos dejan 100 días con Humala?
Por Eduardo Dargent
Poco o nulo interés en desarrollar reformas mencionadas en la campaña. Los medios de comunicación del Estado siguen siendo estandartes del Ejecutivo, no hay noticias de una reforma de la administración pública ni tampoco de una reforma militar (profesional, se entiende). No me sorprende, pero eso no lo hace menos criticable.
Un claro quiebre con los gobiernos de Alan García y Alejandro Toledo con respecto a las promesas de campaña. Humala ha querido responder a sus votantes más fieles con las sobreganancias mineras y la ley de Consulta Previa. Uno puede estar en contra o a favor de aspectos de las medidas, pero que el presidente elegido cumpla con lo que prometió es esencial para darle legitimidad a un sistema político bastante debilitado.
Un vicepresidente que superó todas las expectativas, incluso de quienes desconfiábamos de él. Tremendo escándalo, en apenas tres meses.
Una mayor preocupación por salir de Lima, con visitas del Presidente y su esposa a zonas de pobreza. Necesario balance simbólico entre nuestro optimismo macro- gastro-nacionalista (que celebro) y la urgencia de responder a los problemas de amplias zonas del país.
Una primera dama que será tema de debate político los próximos cinco años. Más allá de temas legales, sí la veo como una probable jugadora el 2016.
Una derecha achorada, picona tras la campaña, que se escandaliza por temas que no la escandalizaban cuando Fujimori o García gobernaban. Hasta ahora la opinión pública no ha seguido su agenda gritona, salvo en casos en que la indignación era general. Mientras, el sector empresarial toma una actitud más pragmática, en respuesta a los gestos de paz del Gobierno. El reto para los empresarios es mantener la guardia alta, reconocer los gestos positivos y escoger bien sus batallas.
Una izquierda política aprendiendo a ser gobierno, con metidas de pata y con gestos que muestran que se está dando cuenta de que las cosas no eran tan fáciles como se creía desde la tribuna. Además, muchos de los miembros de la sociedad civil de izquierda hoy son funcionarios públicos. Reto enorme para ese sector: mantener la crítica sin caer en amiguismos. En el tema Chehade, creo que faltó reacción.
< Prev | Próximo > |
---|