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Columna de Opinión
Ángel Páez
Un sastre llamado Abimael



Un sastre llamado Abimael
Por Angel Paez
Las ideologías no se combaten con decretos. En una reciente conferencia en la Facultad de Letras de San Marcos sobre cómo se hizo periodismo durante el conflicto armado, cinco militantes del Movadef, cuatro de ellos jóvenes, aprovecharon la oportunidad para debatir sobre la amnistía a Abimael Guzmán. Todos repitieron una y otra vez los versículos de sus consignas con un apasionado fanatismo. No les importó que el público los desaprobara con sus murmullos, silbidos y abucheos. Tampoco que los invitados, entre los que me encontraba, destrozaran uno a uno sus argumentos. Tenían el mismo perfil de los militantes que conocí en los años ochenta y noventa en San Marcos, en las prisiones, en las zonas de emergencia. Mientras más ataques recibían, se fortalecían. Eso sucedió en 1986, cuando el gobierno de Alan García creyó que acabaría con el senderismo matándolos en las cárceles. Sucedió todo lo contrario. Crecieron bajo la convicción de que estaban en lo correcto. Los seguidores del Movadef han sido cortados por las tijeras del mismo sastre: Abimael Guzmán.
Si algo no se ha comprendido casi veinte años después de la captura del líder senderista, es que el encierro en prisión no implicó el término de la ideología homicida que Guzmán inventó bajo el nombre de "pensamiento Gonzalo". La aparición del Movadef, y la sorprendente adhesión de ciudadanos que ha recibido, entre ellos numerosos jóvenes, se explica porque no se ha combatido ideológicamente a Sendero Luminoso. Así que las leyes que se pretenden aprobar para prohibir al Movadef servirán de poco. Reaparecerá con otro nombre, pero sus militantes seguirán siendo los mismos, dispuestos no solo a la lucha verbal sino a la muerte misma. Son iguales a los que conocí en San Marcos, en los escenarios de conflicto, en las cárceles, o las veces que intentaron liquidarme por hacer mi trabajo. Todos han sido cortados por la misma tijera.
Si algo no se ha comprendido casi veinte años después de la captura del líder senderista, es que el encierro en prisión no implicó el término de la ideología homicida que Guzmán inventó bajo el nombre de "pensamiento Gonzalo". La aparición del Movadef, y la sorprendente adhesión de ciudadanos que ha recibido, entre ellos numerosos jóvenes, se explica porque no se ha combatido ideológicamente a Sendero Luminoso. Así que las leyes que se pretenden aprobar para prohibir al Movadef servirán de poco. Reaparecerá con otro nombre, pero sus militantes seguirán siendo los mismos, dispuestos no solo a la lucha verbal sino a la muerte misma. Son iguales a los que conocí en San Marcos, en los escenarios de conflicto, en las cárceles, o las veces que intentaron liquidarme por hacer mi trabajo. Todos han sido cortados por la misma tijera.
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