Ni conspiración ni manipulación ni ignorancia: la lucha de los pueblos indígenas de las provincias de Condorcanqui y
Bagua es en legítima defensa de sus derechos: al territorio, a la consulta, a la autonomía comunal. Derechos que el Estado Peruano, hoy colonizado por intereses transnacionales, desconoce.
El gobierno actual rompe una relación ciudadana en construcción
Luego de su participación protagónica en la defensa de la frontera peruana durante el conflicto con el Ecuador, los pueblos Awajun y Wampis confiaron que se respetarían sus derechos territoriales: ellos asumieron que ese hecho histórico constituía un pacto político territorial con el Estado Peruano. Después de todo, aunque no había prosperado su propuesta de creación de una Reserva de Biósfera en su territorio ancestral, en 1999 y 2000 consiguieron la creación de la Zona Reservada Santiago-Comaina (ZRSC), con más
de un millón de hectáreas, 90% de ellas ubicadas en la Provincia de Condorcanqui (Decretos Supremos 005-99-AG-1999 y 029-2000-AG-2000). Representantes indígenas participaron también en el proceso de categorización y ordenamiento territorial de esta Zona Reservada, mediante el cual se delimitó como Parque Nacional un área de más de 152 mil has en la Cordillera
del Cóndor.
Los awajún wampís es la población más numerosa, en el distrito fronterizo del Cenepa, tienen una población estimada de 9,626 habitantes. |
Este emergente proceso de construcción de confianza política entre los indígenas – representados por los Apus de las comunidades, organizaciones a nivel de cuencas afiliadas a AIDESEP en algunos casos y en otros a CONAP, y su central regional ORPIAN, y el sector público representado por INRENA y el Plan Binacional-Capítulo Perú– se fue deteriorando a largo de los años 2006 - 2007. Y, en agosto del 2007, se publicó el Decreto Supremo 023 que recorta en 55% la extensión de la mencionada Zona Reservada (ZRSC) y establece que “La presente categorización respetará los derechos adquiridos y obligaciones contenidas en el Contrato de Licencia para la Exploración y Explotación de Hidrocarburos en el Lote 116.
En este sentido, el Contrato de Administración, la zonificación, el Plan Maestro y la Zona de Amortiguamiento de la
Reserva Comunal Tuntanain permitirán la ejecución del mencionado Contrato de Licencia al ser ésta un área de uso directo, en armonía con los fines y objetivos de la mencionada Reserva Comunal” (Art 6, inciso 2).
Así, apelando al “interés nacional prevalente” y omitiendo la consulta constitucional establecida en el marco del Convenio 169-OIT, el gobierno aprista recortó sin miramientos los derechos territoriales de los pueblos awajun-wampis que el Estado había
reconocido entre 1998 y 2000. Más de 850 mil hectáreas - 38% del territorio ancestral awajun-wampis- fueron secuestradas para asegurar las inversiones de una empresa privada, HOCOL PERU SAC, con la que se había suscrito,
en Diciembre del 2006, un contrato de exploración en el Lote 116.
En 1999, el PETT ( Programa Especial para la Titulación de Tierras) registró 164 Comunidades Awajun y Wampis, con un territorio comunal de casi un millón y medio de hectareas -65% ubicadas en la Provincia Condorcanqui y distrito Imaza- y 37% de las cuales constituyen propiedad comunal titulada. Múltiples son las concesiones petroleras y mineras que hoy se superponen, parcialmente, a estas áreas comunales,
inlcuídas las áreas recortadas antes mencionadas. Esta situación remite a un problema de fondo y hace evidente la
necesidad de poner un alto a las concesiones que están amenazando al Pueblo Awajun-Wampis, su derecho a existir
como tal, y la sostenibilidad del bosque amazónico.
Es urgente y estratégico restablecer la capacidad reguladora del Estado y que éste: (i) condicione efectivamente la
inversión petrolera-minera y cautele la obligatoriedad de la Zonificación Ecológica Económica y de la Consulta establecida en el Convenio 169-OIT, (ii) restringa la extracción petrolera-minera en zonas de alto impacto
ambiental y cultural, empezando por la revisión de los derechos concesionados en los territorios awajun y wampis y
(iii) derogue los DL atendiendo las demandas de los pueblos amazónicos.
La tarea es parte del gran reto político que enfrentamos los peruanos hoy: la democratización del Estado, de la sociedad, la economía, la política y la cultura de nuestro país, en otras palabras, su nacionalización pluricultural. |