Entrevista a Alberto Acosta, economista, ex presidente de la Asamblea Constituyente Ecuatoriana (noviembre 2007 -junio 2008), ex ministro de Energía y Minas ( enero- junio 2007).
En un solo árbol del Yasuní, puede haber un mayor número de especies de escarabajos nativos que en toda Europa.
¿Cómo surgió la idea del proyecto ITT?
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“La extracción de petróleo en la Amazonía, directa e indirectamente, condujo a deteriorar las condiciones ambientales y sociales de la población amazónica”. |
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Se trata de un esfuerzo colectivo de larga historia. Cuando presenté esta idea públicamente por primera vez, a inicios de 2007, había transcurrido mucho tiempo desde que se comenzó a trabajar una propuesta que buscaba la moratoria de la actividad petrolera en la Amazonía ecuatoriana. Lo primero fueron las luchas de resistencia de los pueblos indígenas, particularmente en el centro sur de la amazonía, orientadas a impedir que la actividad petrolera se expanda hacia sus territorios. También luchaban los grupos de colonos mestizos en la Amazonía norte y los pueblos indígenas afectados por la actividad de la compañía Chevron, antes Texaco, su lucha se plasma en el juicio contra la Texaco en Ecuador y constituye un hito en la resistencia de la sociedad amazónica y nacional contra las prácticas depredadoras de las empresas petroleras. Intervinieron otros grupos, particularmente Acción Ecológica, y se comienza a discutir la posibilidad de una moratoria petrolera. Paulatinamente fuimos concentrando nuestra atención no sólo en impedir la ampliación de la frontera petrolera sino en reforzar propuestas de respeto a los territorios indígenas.
Antes de posicionarme como ministro trabajé esta iniciativa con Esperanza Martínez. Apenas fui nominado como ministro de Energía y Minas, en enero del 2007, pulimos esta propuesta, revolucionaria sin duda alguna. Hubo reparos en el gobierno, derivados de las urgencias económicas que tiene un país empobrecido como Ecuador. El presidente de la República. escuchó los argumentos de una y otra parte y optó por apoyar la tesis de dejar el petróleo en tierra, siempre que se tenga una compensación financiera internacional,
Ecuador necesita el dinero de este petróleo. ¿Qué argumentos convencieron al Presidente Correa y a los otros?
1. Que la extracción de petróleo por sí sola no es suficiente para desarrollar el país. Ecuador tiene una larga tradición de explotación petrolera en la Amazonía. Comenzamos a exportar el petróleo amazónico desde 1972, cuando zarpó el primer cargamento de petróleo al mercado internacional, se han extraído más de 4.000 millones de barriles de petróleo. El país ha recibido en términos nominales cerca de 90.000 millones de dólares. Y no nos hemos desarrollado. Entonces ¿conviene seguir haciéndolo? La respuesta es no.
2. Que la extracción de petróleo en la Amazonía, directa e indirectamente, condujo a deteriorar las condiciones ambientales y sociales de la población amazónica. Tenemos una tremenda deforestación, erosión, contaminación del suelo, del agua y del aire. El nororiente de la Amazonía ecuatoriana es totalmente diferente de lo que era antes. Las provincias amazónicas registran la mayor pobreza de todo el Ecuador, pero son las provincias petroleras las más pobres de dicha región.
3. La importancia de la biodiversidad existente en esa región. En un solo árbol del Yasuní, puede haber un mayor número de especies de escarabajos nativos que en toda Europa. En una hectárea del Yasuní, hay un mayor número de especies de árboles nativos que en toda América del Norte.
Economía petrolera: en 2008, el petróleo representó para Ecuador:
22,2% del PIB,
63,1% de las exportaciones, 46,6% del Presupuesto General del Estado |
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4. Además, le presentamos razones éticas indiscutibles. Ahí viven pueblos no contactados, pueblos libres en aislamiento voluntario: los Tagaeri, los Taromenane y los Oñamenane -que forman parte de la nacionalidad Waorani-. Por lo tanto, tenemos un reto humano enorme. Un hecho que no puede quedar al margen: la actividad petrolera de la compañía Chevron-Texaco, entre los años sesenta y los noventa del siglo XX, provocó la desaparición de dos pueblos enteros, los Tetetes y los Sansahauris. Las voces, las risas, los comentarios, los juegos, los cantos, los lloros de esos pobladores nunca más los vamos a volver a oír. Desaparecieron todos. Sobre Texaco pesa también todos los daños económicos, sociales y culturales causados a los indígenas siona, secoya, cofán, kichwa y waorani, además de perjuicio a los colonos blanco-mestizos. En el ámbito psicosocial las denuncias son múltiples: violencia sexual por parte de los operadores de compañía contra mujeres adultas y menores de edad mestizas e indígenas, abortos espontáneos, discriminación y racismo, desplazamientos forzados, nocivo impacto cultural y sobre la cohesión social.
5. Por último, extraer ese petróleo provocaría una emisión de unas 410 millones toneladas de CO2. Es un petróleo pesado, que tiene mucho azufre, tiene que ser descontaminado. Eso costaría a la humanidad mucho dinero, no sólo al Ecuador.
6. A ello se suman las reflexiones sobre como construir una economía postpetrolera. En casi todos los países que han pretendido desarrollarse en base a la exportación de petróleo y recursos minerales, se han consolidado economías rentistas, sociedades clientelares y gobiernos de tinte autoritario. Encontrar nuevas modalidades de acumulación es una cuestión compleja que todavía está en disputa en el gobierno del presidente Correa y en demás gobiernos considerados como progresistas en la región. Volviendo al proyecto ITT, todos esos elementos configuraron el escenario para exigir la no-explotación del ITT.